Pescadores vascos y catalanes coparon los puestos de la selección que irá a Escocia en junio

Los pescadores miembros de la selección nacional de pesca de salmónidos mosca han participado el pasado fin de semana en un campeonato selectivo para determinar los seis componentes del equipo que representarán a España en el campeonato del mundo. La prueba se celebró en el río Garona, afluente del Ebro, en el Pirineo catalán, que discurre por el valle de Arán. Entre los treinta participantes dos leoneses: Pablo Castro Pinos y José Miguel Matilla, únicos miembros del equipo nacional en representación de toda Castilla y León. Resulta curioso reseñar que este equipo nacional, que hace poco años se nutría de pescadores leoneses, ha cambiado radicalmente hasta el punto de que en la prueba participaban ocho deportistas del país vasco y once catalanes que, exceptuando a Castro Pinos, han copado los puestos para el equipo que en el próximo mes de junio competirá en el campeonato del mundo a celebrar en Escocia. El cambio experimentado por el equipo de Alta Competición deja malparada a Castilla y León cuya Federación ha optado por potenciar otras especialidades como la pesca de ciprínidos abandonando a su suerte a los federados que pescan salmónidos. Fruto de ello es la baja rep resentación que todavía se conserva gracias al nivel que Pablo y Matilla mantienen en esta especialidad.

El río Garona, en los tramos que constituyeron el escenario de la prueba, es el típico río de montaña, estrecho y sinuoso, pero con la salvedad de estar regulado por pantano. A diferencia de los ríos de la cuenca del Duero, cuya Confederación Hidrográfica pasa olímpicamente de los pescadores, mientras duró el campeonato el organismo de cuenca del Ebro mantuvo un caudal adecuado para garantizar el éxito deportivo. Fruto de ello fueron los magníficos resultados cosechados en la cantidad y tamaño de las truchas capturadas, todas ellas comunes, y que dieron un excelente juego a los deportistas, si bien es cierto que, como ya viene siendo habitual en la pesca, la suerte puede jugar un papel importante pues unos tramos están mejor que otros. Castro Pinos, en concreto, lograba 54 capturas mayores de 20 cms. en las cuatro mangas y 19 Matilla.

Todo un modelo de gestión

«Siempre pensamos que en León tenemos lo mejor -comenta Pablo- y es preciso salir a otros lugares para comprobar que no es así. El valle de Arán vive básicamente del turismo, y la pesca juega un papel importante. Cualquier turista puede conseguir en cinco minutos una licencia provisional y un pase para pescar en la zona, se la facilitan los propios establecimientos hosteleros. Aquí hay tramos con muerte y tramos sin muerte, y en todos se puede pescar al módico precio de unos cinco euros diarios. Y hay truchas como en los buenos tiempos de León, y lo afirmo por propia experiencia, ya que en los entrenamientos previos pude capturar más de un centenar de truchas de entre veinte y cuarenta centímetros. Una maravilla».

A diferencia de Castilla y León no hay escenarios deportivos. «Es preferible -sigue comentando Pablo- ya que cuando hay campeonatos se ceden sin problemas los tramos precisos y de esta forma se van cambiando y los pescadores de la zona no tienen tanta ventaja. En el escenario de Santa Marina en León hay pescadores que ya conocen hasta las piedras». A pesar de ello los catalanes acreditaron su posición de locales pues consiguieron dos puestos de los seis, tres fueron para los vascos entre los que destacan los hermanos Urruzuno, y el sexto para Castro Pinos. El otro leonés José Miguel Matilla, se clasificaba en el puesto diecinueve, lo que no le permite ir al mundial, pero le mantiene en la selección nacional.

El palmarés de Pablo

El próximo campeonato del mundo será el cuarto para «el bombero». El único problema van a ser las fechas, coincidentes con la Semana Internacional de la Trucha en León, que para Pablo tiene un gran valor sentimental, que no deportivo ya que la ha ganado cuatro veces. Además de los cuatro títulos de la Semana, el de Villoria de Órbigo cuenta con un campeonato de España, concretamente el del pasado año, tres autonómicos y tres Master de Cantabria.

Pero sin duda el trofeo más valioso es la medalla de bronce que Castro Pinos consiguió en el mundial de 2006 con el equipo nacional. Hasta que en junio del próximo año viaje a Escocia para competir con las mejores selecciones Francia, Polonia, Italia, EEUU, y los propios escoceses entre mas de cuarenta equipos, deberá completar su preparación y estudiar el escenario donde se ha de celebrar el campeonato. «La pesca, por desgracia -afirma Pablo- no es un deporte que mueva espectáculo de masas, y aunque tiene muchos practicantes, no mueve a los espectadores. Tampoco aquí en León disponemos de escenarios donde entrenar todo el año». Y finaliza con una anécdota: «Los catalanes disponían de un pase permanente para entrenar en los escenarios donde se realizó el selectivo. Eso supone una gran ventaja, pero su Federación se lo ha sabido ganar».